¿Reciclar el aceite de oliva de las conservas? ¡Se puede!
Hoy toca cocina de aprovechamiento y queremos contaros cómo reciclar el aceite de oliva virgen extra de nuestras conservas.
Seguro que muchas de nuestras abuelas han vivido con esa mentalidad tradicional de la cocina de aprovechamiento (y que siguen manteniendo). Las nuevas generaciones empiezan a quejarse de que se tira mucha comida y de que se está destruyendo el planeta, pero la realidad es que muchas veces en el propio cocinado se desperdician muchos productos por desconocimiento de su uso.
Por ello, aquí estamos para daros un par de ideas con las que podéis aprovechar todo todo todo. En este caso vamos a hablar de que podemos cocinar o comer con el líquido de gobierno (así se llama) que llevan nuestras conservas.
Lo primero que deberíamos saber es a qué sabe cada uno. Nosotros os recomendamos que desde casa cojáis una cucharita y probéis un poquito… intenso, eh. Como comprobaréis, las tres conservas que tenemos en Miolivo.org ofrecen gustos completamente diferentes aun teniendo el mismo producto de base: nuestro AOVE. Y esto tiene una explicación muy sencilla: cada producto tiene unos sabores y una estructura diferente.
Nuestros corazones de alcachofa al ser mucho más compactos de estructura y conservar ese sabor característico sin expulsar ni absorber tanto el líquido que las rodea, crean un líquido de gobierno basado en AOVE puro, pero con un toque vegetal, con un pico de amargura y de acidez, típico de las alcachofas. Este aceite macerado, como podríamos llamarlo, os recomendamos usarlo para cocinar un pescado o una carne a la sartén o incluso para sofreír alguna verdura. También se podría usar para hacer mayonesa vegetal y usarla en la ensaladilla rusa.
Por otro lado, los puerros tienen una estructura mucho más blanda, suelen soltar mucha agua que contienen cuando están en conserva, por lo que nuestro líquido de gobierno tiende a ser mucho más acuoso y menos intenso. Hay quiénes directamente se lo beben solo, pero nosotros recomendamos usarlo para condimentar una sopa, o terminar un buen arroz de verduras. Para la sopa podemos introducirlo tanto al final como al principio para que se cueza con el resto de los ingredientes. En el arroz, se puede poner como si fuera caldo en los últimos momentos de cocción para que intensifique el sabor.
Por último, tenemos a nuestra última incorporación: los pimientos de piquillo. Estos tienden, al contrario que los puerros, a soltar su sabor intenso en el líquido lo que lo tiñe de rojo y lo convierte en un manjar con sabor inconfundible en sí mismo. Aquí va un aviso, ¡mucho cuidado con las manchas! Para esta mezcla recomendamos dos opciones: o usarlo como aliño de cualquier ensalada, siendo un buen aceite con un potente sabor a piquillos o usarlo con un poco de mantequilla o nata para mejorar un plato de pasta.
Os hemos dado alguna idea, pero seguro que vosotros o vuestras abuelas tienen muchas más. ¡Os escuchamos!