Desde hace tiempo queríamos hablar sobre este tema dada la necesidad de poner en valor el aceite de oliva virgen extra frente a otras categorías. Así que vamos a ello, te contaremos cuáles son las propiedades, beneficios y cómo aprender a diferenciarlos.
Incorporar a nuestra dieta el Aceite de Oliva Virgen Extra es fomentar una dieta saludable de calidad y sostenible. Con Mi Olivo, estarás contribuyendo al desarrollo rural, la protección de olivos centenarios y sus ecosistemas, y a la Justicia Alimentaria, es decir, apoyar nuevos sistemas agroalimentarios más justos y conscientes.
Sigue leyendo para ser consciente de tus compras.
Categorías de aceite de oliva
- Aceite de oliva virgen extra: es el aceite de oliva más puro y de mayor calidad. Es obtenido directamente de la aceituna, con un trato del fruto responsable para garantizar su calidad antes de llegar a la almazara. La extracción del aceite se realiza en frio y utilizando únicamente procesos mecánicos. Cuenta con unos beneficios y propiedades para la salud que te contaremos en próximas entradas al blog.
- Aceite de oliva virgen: se considera aceite de oliva virgen todo aquel que no supera los estándares de calidad que debe de tener un AOVE, algo que sucede con aceituna golpeada, fermentada o de suelo, unas temperaturas elevadas en la extracción del aceite u otras prácticas en la almazara. Es considerado aceite Virgen todo aquel que por ejemplo tiene una acidez elevada que supera el 0,8%, que tiene una ausencia total de frutado o muestra en cata de algún defecto.
- Aceite refinado o de orujo: podríamos decir que los aceites refinados son una grasa para cocinar totalmente inolora e insípida y suele ser mezclado con aceites vírgenes para que recuerden en “algo” a la oliva. Es el aceite considerado lampante, es decir el que servía en la antigüedad para las lámparas o la iluminación, y que en la actualidad mediante un complejo proceso de refinamiento es devuelto a la circulación alimentaria. Suele ser elaborado con los desechos orgánicos del molturado de la aceituna: huesos, la pulpa, la piel de la aceituna y los restos de agua, o aceites que han dejado de ser vírgenes y que han pasado a dichas refinerías.
Comprar aceite de oliva virgen extra
¿Cómo reconocer un buen aceite de oliva virgen extra?
Lo primero que está a tu alcance para poder realizar una compra consciente es: qué debes fijarte en la etiqueta.
La categoría: como hemos visto más arriba, ya conoces las diferencias entre cada una de ellas. Pero recuerda no caer en la trampa, pues el uso de los adjetivos como suave, intenso o refinado puede crear confusión y dar una falsa sensación de calidad, cuando no es la realidad.
La designación del origen: en el etiquetado del aceite de oliva virgen, y virgen extra, el origen, es decir, donde haya sido elaborado. Lo que garantiza es la calidad del producto y sus orígenes.
Por ejemplo, Mi Olivo, es aceite de oliva virgen extra con designación de origen protegida de Bajo Aragón.
Las características organolépticas: si tienes una botella de Mi Olivo, ábrela y siente los aromas afrutados, teniendo en boca un amargo suave que recuerda a la nuez o la almendra y un ligero picor en garganta que te asegura su frescura en la extracción. Además, podrás ver el sello de premio a la calidad recibiendo el sello al Mejor Aceite del Bajo Aragón.
Puede que te hagan creer que el color es una característica determinante de la calidad. No es así, de hecho en las catas profesionales se utilizan vasos opacos o ciegos. Por ello, quédate con lo anterior que te hemos contado.
Por último, es importante comprobar que tengan un sello de calidad, como los emitidos por la Unión Europea. Estas certificaciones garantizan que el aceite cumpla con los estándares de calidad apropiados. También, comprueba la fecha de consumo preferente para identificar qué es fresco o de la temporada más cercana.
Esperamos que te resulte interesante y de gran ayuda para incorporar una alimentación consciente y saludable a tu día a día.
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